Es un Mercado Alternativo que se rige por relaciones de confianza, solidaridad, ayuda mutua, autonomía y libertad responsable, entre otros valores, como son los principios del cooperativismo internacional, contrarios al sistema capitalista, lo que se puede resumir en una frase: “Cuando entramos al Túmin, dejamos de ser clientes y nos convertimos en compañeros”, es decir, ya no se trata de quitarle lo más posible al otro, sino de ayudarle. Por eso el Túmin no es para todos, se requiere esta sintonía. En este Mercado Alternativo lo más importante son las personas que lo integran, los tumistas; en segundo lugar, sus productos y servicios; y en tercer lugar el Túmin como papel moneda, un instrumento para facilitar los intercambios y el comercio. Este orden de valoraciones permite mantener el propósito final de mejorar la economía de las familias participantes, esto es, la satisfacción de sus necesidades. Con el tiempo, el Túmin se ha enriquecido y hecho más atractivo: ahora es también una identidad cultural y una rebeldía ante el sistema financiero oficial; un defensor de la naturaleza; una organización de productores y comerciantes; una comunidad de amigos y un referente nacional de la economía solidaria. Esto le ha permitido vincularse con diversas organizaciones y luchas sociales del país, con las que puede coadyuvar ocasionalmente, aunque su principal reto es que funcione como moneda alternativa y como un mercado autogestivo de economía solidaria.

Es un proyecto polémico, cuya primera controversia es que un grupo de productores y comerciantes decidan fabricar su propio dinero y entregarse gratuitamente 500T a sí mismos, para poder comprar e intercambiar sus productos y servicios, que se hallan parados y sin ser aprovechados por la falta de dinero.


CÓMO FUNCIONA

 Características generales: simple

Debido a las limitaciones, pronto se tuvo otro criterio: cero costos, cero riesgos y cero complejidades para los participantes, a fin de reducir las objeciones, reticencias y pesimismos. Y por la necesidad de que su ejecución no demandase mucho tiempo ni gastos administrativos. Tenía que ser algo muy simple y por ello, sin pretenderlo el Túmin resultó un modelo para todos, muy estándar, que sería aceptado casi en cualquier comunidad:

• Uno a uno.  La equivalencia tenía que ser igual al peso, para evitar cálculos innecesarios. Un Túmin: un peso.

• Sin requisitos. - Los participantes se inscriben a la pala-bra, sin necesidad de entregar ni mostrar ningún documento de identidad. Sólo tienen que ser productores de algún bien o servicio que respaldará la cantidad de Túmin que se les entregará.

• Gratuito. - Cada participante recibe 500T gratuitos, entregados en 2 o 3 partes. Sean ricos o pobres, reciben igual cantidad, no obstante que los más pudientes reclamen más por tener más productos, o que los más necesitados quieran más precisamente porque tienen menos. 

• Túmin para 100 socios. - Aunque sólo haya un mínimo de 50 participantes, se imprimiría Túmin hasta para 100 productores, de modo que otros pudieran inscribirse después, si quieren reflexionarlo más o consultarlo con su gente cercana. Y este criterio se ha mantenido: cuando se agotan las 100 inscripciones, se imprime más Túmin para otras 100 personas.

• Diez por ciento (10%). - El compromiso es aceptar Túmin en al menos un 10% del precio de venta. Puede ser más, pero no menos, cosa que decide el vendedor. Se valoró que es un porcentaje cómodo para todos, casi siempre en el margen de la “ganancia”, sin afectar los costos.

• Voluntario. - No existen obligaciones ni penalizaciones, sino compromisos libremente asumidos, cuya falta no trae ninguna consecuencia, salvo el demérito de la propia palabra.

• Válido al portador. - Cualquier persona puede usar el Túmin para adquirir lo que sea, aunque no sea socio, ya que todo el Túmin circulante ha sido entregado a productores y comerciantes que lo están respaldando con su producción.

• Uso universal. - Cada usuario es libre de comprar y vender lo que quiera.

• Túmin de cambio. - Es posible ofrecer el Túmin de cambio o de vuelto en una compra a cualquier persona.

• Uso cotidiano. - Era de usarse en cualquier momento que se requiera y no necesariamente en un tianguis.

• Principios. - El proyecto inició con los principios internacionales del cooperativismo, pero pronto se definieron aquellos que serían más propios: confianza, solidaridad, ayuda mutua, autonomía y libertad responsable, entre otros.


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